jueves, 21 de abril de 2016

Tediato, el melancólico de las Noches lúgubres y noticias de nuestras lecturas.


Por si tuviéramos alguna duda, el propio Tediato se define a sí mismo como melancólico al inicio de la Noche segunda. La adopción del género (novela dialogada) lo refuerza. Este monólogo con el que arranca esta segunda noche es un equivalente al monólogo interior de la narrativa del XX, pero al no disponer aún de ese recurso se torna teatral, muy adecuado para la época inicial del romanticismo. La melancolía ha sido abordada en la literatura y el arte tanto o más que en los tratados médicos. Hoy se encuentra descrita dentro de alguno de los varios tipos de depresión. Y así es Tediato, una persona racional que se ha roto por dentro y, por lo tanto, se encuentra solo frente a las debilidades de su carácter: no se alimenta, duerme durante el día, busca la soledad y el amparo de la noche, llora continuamente, discurre de forma aparentemente normal pero su mente está perturbada según las convenciones sociales y siente su pena como si fuera el primer hombre que la sufriera. Por sí mismo no puede encontrar remedio a su dolor más que el deseo de la muerte: soy el más infeliz de los hombres. En su estado, cuando el hijo del sepulturero le relata la penosa situación de su familia, solo puedo aconsejar a Lorenzo algo en consonancia con su estado de ánimo porque solo parece hallar la comunidad en el dolor puesto que incluso deja pasar la ayuda del único amigo que ha intentado acercarse, Virtelio:

Eres sepulturero... Haz un hoyo muy grande, entiérralos todos ellos vivos, y sepúltate con ellos. Sobre tu losa me mataré y moriré diciendo: Aquí yacen unos niños tan felices ahora como eran infelices poco ha, y dos hombres, los más míseros del mundo.

Es la salida propia de un hombre desesperado, que solo ve en la destrucción de todo la salida. No es una característica exclusiva del romanticismo, aunque en esa época se prestara más atención y se pudiera expresar por primera vez sin tantas ataduras morales.

De la obra hay suficientes y acreditadas ediciones en papel. Además, en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes tenéisun magnífico portal dedicado al autor dirigido por Juan Antonio Ríos Carratalá, experto en la época. En él hallaréis una semblanza biográfica, una recopilación de estudios sobre el autor y su obra y una excelente edición digital de las Noches lúgubres a partir de la del Correo de Madrid (diciembre de 1789-enero de 1790) y una oportuna reproducción digital de la edición de Barcelona 1798 (que fue la primera edición en volumen).

Noticias de nuestras lecturas

Pancho nos lleva, como él solo puede hacerlo, del Bernabeu a Mark Nnopfler para analizar las horas aciagas de Tediato...

Mª del Carmen Ugarte analiza los pormenores de la segunda noche de Tediato y todas las circunstancias que se le cruzan por el camino al protagonista de la obra de Cadalso...

Mª Luz Evangelio da su impresión tras leer detenidamente la obra de Cadalso y me gusta que su comentario se haga preguntas. Seguro que despierta la curiosidad por las Noches lúgubres a quien no se haya atrevido con ellas.

Mª Ángeles Merino sigue de paseo por Burgos junto a su amiga Austri para comentar la obra, el carácter de Tediato y las truculencias nocturnas del argumento.

Luz del Olmo poetiza el dolor de Tediado desde su propia voz. Una interesante propuesta, sin duda.

Recojo en estas noticias las entradas que durante la semana han publicado los blogs amigos. El listado de lecturas para lo que queda de curso, en este enlace

4 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

El ficticio Tediato mostraba los síntomas de una depresión grave, tal vez Cadalso también la padeció realmente. De la melancolía se podia pasar a dar con los huesos en un infernal manicomio. Don José tuvo la osadía de literaturizar un duelo y algo más.

¿Tediato viene de tedio?

Mi paseo literario se detuvo en Garcilaso, en Quevedo, incluso en el Cid y en un bolero de Machín. Que fuera por Burgos era lo de menos.

¡Quien estuviera en Córdoba! La ciudad de mis abuelos maternos es un buen escenario para la poesía. Piel arrasará.

Un abrazo, Pedro.

pancho dijo...

Bien pensado, Tediato vuelve a los orígenes del hombre. La asepsia actual que separa de manera radical los vivos de los muertos es una falla de la cadena de renovación de la naturaleza. La mayoría de los animales necrófagos han sucumbido a la desaparición de su sustento. Los que han sobrevivido se han convertido en peligrosos asesinos para sobrevivir. Lo mismo que ocurre en esas películas futuristas en las que ha desaparecido todo atisbo de sociedad civilizada.
José Cadalso muestra de forma descarnada y sin tabúes un caso de necrofilia que originalmente no era pecaminosa, ni iba contra la ley natural, como tampoco era el canibalismo, ejemplos hay de sobra que lo muestran en caso de estar en juego la propia supervivencia.
El mensaje de esta obra me parece perturbador y subversivo, no me extraña que los estudiosos no hayan encontrado el lugar adecuado para ubicarlo dentro de la tradición literaria.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

¡Cuánto padece Tediato!. No acepta la crueldad de la enfermedad ni la falta de compasión de la Muerte.
Al menos, hemos progresado, en comprender la fragilidad de nuestra naturaleza, en el duelo y en poder recibir ayuda cuando se tiene una gran pérdida.
Respecto a su poesía la vemos a diario en su Blog 'La acequia', y ‘Piel’ en formato libro -como los anteriores- es esencia.

Abrazos.

Myriam dijo...

A este pobre Tediato, prescribo una reestructuración cognitiva que lo lleve a modificar su modo de interpretar y valorar la vida ;-)
o, al menos, un viajecito a los indios Natchez, al mejor estilo de René, personaje de FR de Chateaubriand... :-)

Besos